martes, 18 de enero de 2011

¿Qué es la muerte ?

El concepto de muerte, científicamente se define como el término de la vida, es decir, la incapacidad del organismo de sostener la homeostasis. Según la biología la muerte puede ocurrirle a un todo o a parte de un todo, por ejemplo, a un organismo por completo o a una célula en particular. En el caso del segundo ejemplo, en el organismo de un animal, se presentan constantemente pequeñas muertes celulares, y éstas son posteriormente reemplazadas por otras. También puede ocurrir que muera el organismo en su totalidad pero que hayan ciertas partes que permanezcan con vida, por ejemplo en la muerte del hombre hay casos en que los órganos son reutilizados en transplantes.
Desde siempre para la biología, la muerte humana ha sido motivo de intrigas. Históricamente ha intentado de definir el momento exacto en que se produce la muerte en el organismo; se creía que era cuando se dejaba de respirar y cesaban los latidos del corazón, pero actualmente se define la muerte como un proceso el cual en un momento se torna irreversible. Actualmente la medicina ha presentado notables avances y no parece extraño pensar en una máquina que haga latir al corazón e inhalar y exhalar a los pulmones que no son capaces de hacerlo por ellos mismos. Además aquellos signos que son señales de vida (el pálpito y la respiración) pueden ser reversibles por la medicina de hoy, pudiendo los órganos realizar su trabajo con autonomía.
Considerando esto, la biología sostiene que un ser humano ha muerto cuando presenta lo que se llama muerte cerebral, que consiste en un cese irreversible de las actividades realizadas por el cerebro. La muerte cerebral puede ser determinada por medio de un mecanismo llamado encefalograma que realiza una exploración neurofisiológica de las actividades bioeléctricas del cerebro.
En consecuencia, la principal característica de la muerte es su irreversibilidad, pero hay algunos que continúan con las esperanzas de una solución a la corrupción total del cuerpo, esto mediante la criogenización, que consiste en la congelación de cadáveres esperando algún día que la medicina logre encontrar remedio a la enfermedad que se padecía para así iniciar el proceso de descongelación y hacer la muerte un fenómeno reversible. No obstante, ante estas prácticas (hasta ahora jamás realizadas) aparece en contraposición la ética que juzga si el comportamiento humano responde adecuadamente a su esencia o naturaleza, pero en cuanto a la muerte esto se reserva exclusivamente a las creencias particulares de cada persona.
En términos metafísicos, el significado de la muerte dependerá de las creencias de cada persona, pues no existe una respuesta definitiva sobre lo que ocurre luego de que nuestro cuerpo muere; el tema de la sobrevivencia de la conciencia es sumamente apasionante, pero lamentablemente no contamos en la actualidad con los medios necesarios para estudiar de manera científica el fenómeno. Solo existen relatos anecdóticos de experiencias fuera del cuerpo y otros fenómenos considerados en el ámbito de lo paranormal.

El siguiente material es un extracto de dos de los libros de P.M.H. Atwater – “Más Allá de la Luz: Los Misterios y Revelaciones de las Experiencias Cercanas a la Muerte” (Libros Avon, New York City, 1994) y “Vivimos para Siempre: La Verdad Real Acerca de la Muerte A.R.E. Press, Virginia Beach, VA, 2004). Está basado en comentarios realizados –en primera persona- por más de 3.000 adultos que han experimentado estados cercanos a la muerte. Para conocer más acerca de la investigación de P.M.H. Atwater, L.H.D. sobre cercanía a la muerte, acceda a www.cinemind.com/atwater 


QUÉ SE SIENTE MORIR

Cualquier dolor que deba sufrirse viene primero. Instintivamente se lucha por vivir.
Eso es automático.
Es inconcebible para la mente conciente que pueda existir cualquier otra realidad fuera de la materia terrestre circunscrita por el tiempo y el espacio. Estamos acostumbrados a ello. Estamos entrenados, desde nuestro nacimiento, para vivir y desarrollarnos en ella. Conocemos que somos nosotros mismos por el estímulo externo que recibimos. La vida nos dice quienes somos y lo aceptamos así. Eso, también, es automático y debe ser esperado así. 
El cuerpo se torna fláccido. El corazón se detiene. No fluye aire ni hacia adentro ni hacia fuera.
Se pierde la vista, el sentimiento y el movimiento – aunque la habilidad de escuchar es la última que se pierde. La identidad cesa. El “tú” que alguna vez fuiste se convierte solo en una memoria.
No hay dolor en el momento de la muerte.
Sólo silencio apacible…calma…silencio.
Pero tú todavía existes.  
Es fácil no respirar. De hecho, es más fácil, más cómodo e infinitamente más natural no respirar que respirar.  La mayor sorpresa para la mayoría de las personas que están muriendo es darse cuenta que morir no finaliza la vida. Venga oscuridad o venga luz; o algún tipo de evento, sea positivo o negativo o algo en el medio, esperado o no, la mayor sorpresa de todas es darse cuenta que tú eres todavía tú.  Todavía puedes pensar, todavía puedes ver, oír, moverte, razonar, preguntarte, sentir, preguntar y decir chistes – si lo deseas. 
Todavía estas vivo, muy vivo. Realmente, estás más vivo después de la muerte que en cualquier momento desde que naciste. Sólo que la manera de todo esto es diferente; diferente porque ya no vistes un cuerpo denso para filtrar y amplificar las diferentes sensaciones que una vez viste como los únicos indicadores válidos de lo que constituye la vida. Siempre te habían enseñado que se debe vestir un cuerpo para vivir.
Si esperas morir cuando mueras, te decepcionarás.  La única cosa que el morir hace es ayudarte a soltar, a quitar el susurro y a descartar la “chaqueta” que una vez vestiste (más comúnmente referida como el cuerpo).
Cuando mueres pierdes tu cuerpo.  Eso es todo lo que pasa. Nada más se pierde. Tú no eres tu cuerpo. Es sólo algo que usas por un momento, porque vivir en el plano terrestre es infinitamente más significativo y más involucrado si estás encerrado en sus trampas y sujeto a sus reglas.
LO QUE ES LA MUERTE
Hay un aumento de energía al momento de morir, un aumento en la velocidad, como si repentinamente estuvieras vibrando más rápido que antes. Utilizando un radio como analogía, este aumento de velocidad es comparable a haber vivido toda tu vida en una cierta frecuencia de radio cuando repentinamente alguien o algo viene y cambia el dial. Ese movimiento te cambia a otra longitud de onda superior. La frecuencia original donde una vez exististe esta todavía allí.  No cambió. Todo es aún lo mismo que era antes. Sólo  cambiaste, solo tú  aceleraste para permitir la entrada hacia la próxima frecuencia de radio en el dial.
Como sucede con todos los radios y las estaciones de radio, pueden presentarse distorsiones de las señales de transmisión debido a patrones de interferencia.  Estos pueden permitir o forzar a las frecuencias a coexistir o a mezclarse por períodos de tiempo. Normalmente, la mayoría de los cambios en el dial son rápidos y eficientes pero, ocasionalmente, uno puede encontrar interferencia quizá de una emoción fuerte, de un sentido del deber o de una necesidad de cumplir con un voto o mantener una promesa. Esta interferencia puede permitir la coexistencia de frecuencias por unos pocos segundos, días o aún años (quizá eso explica los fantasmas o aparecidos); pero más tarde o más temprano, eventualmente, cada frecuencia dada de vibración, perseguirá o será empujada hacia donde pertenece.
Tú encajas en tu punto particular del dial debido a tu velocidad de vibración.  No puedes coexistir para siempre en donde no perteneces. ¿Quién puede decir cuántos puntos hay en el dial o cuántas frecuencias hay para habitar? Nadie lo sabe.  Al morir cambias frecuencias. Cambias sobre otra longitud de onda en la vida.  Todavía eres un punto en el dial pero te mueves un grado hacia arriba o hacia abajo.
Tú no mueres cuando mueres. Tú cambias tu conciencia y tu velocidad de vibración.
Eso es todo lo que la muerte es…un cambio.

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