lunes, 14 de noviembre de 2011

Déjà vu.-


Déjà vu: Una Situación ya Vivida


¿No ha tenido nunca la sensación de estar viviendo una experiencia ya vivida? En muchas ocasiones al pasear por la calle, en el trabajo o con los amigos, asalta la impresión desconcertante de conocer esa situación pero se desconoce la razón.


Esa extraña sensación de haber vivido antes una determinada situación es llamada por los franceses déjà vu, que quiere decir “ya visto”. Este nombre se debe a un científico francés de finales del año 800, Emile Boirac. Pero esta manera de denominarla es considerada poco apropiada por muchos estudiosos, que consideran que sería más apropiada llamarla déjà vecu, es decir “ya vivido”. 

Los expertos llevan muchos años estudiando cuál puede ser la razón que explique el déjà vu; de hecho, San Agustín ya investigó el tema. Se debe a un error de nuestro cerebro difícil de explicar. El déjà vu es una sensación que casi todo el mundo ha sentido alguna vez. En todas sus manifestaciones se caracteriza por unos rasgos en común.

Por un instante

El 80% de las personas ha tenido alguna vez la sensación de estar viviendo una experiencia vivida anteriormente. En la mayor parte de las ocasiones se trata de una experiencia que dura tan sólo unos segundos, pero que el individuo que la vive puede sentir como más larga debido a la sensación de intranquilidad que le invade. Este nerviosismo suele desaparecer en el momento en que finaliza el fenómeno, como mucho unos minutos después. 

Los hechos son reconocidos inmediatamente. Sin embargo, le resulta imposible ubicar en el pasado una situación igual, y cuanto más se esfuerza en reconocerlo, más se desvanece. Además, no se trata de recordar una cara, un sitio o un olor, sino una experiencia entera.

Sensación inquietante 

A pesar de que es algo conocido o familiar, no resulta tranquilizante, sino todo lo contrario. Hay que tener en cuenta que se rompe el orden cronológico que estamos acostumbrados a seguir. De repente el presente se transforma en pasado. 

En muchas ocasiones el hecho de reconocer los acontecimientos presentes como ya vividos, hace que se considere capaz de saber qué va a ocurrir después. Pero no es así, porque se trata de un hecho aislado que sólo dura unos segundos.  
La explicación de los científicos 

Tras muchos años intentando buscar una razón que explique el déjà vu, los expertos que estudian el funcionamiento de la mente no han llegado a una conclusión definitiva y unánime. 

Los psicoanalistas opinan que es fruto de los sueños diurnos, de las fantasías inconscientes de la persona. No es un hecho que suceda por azar, sino que suele estar relacionado con algo de gran importancia para el sujeto, hemos soñado con una situación y al ocurrir realmente nos resulta conocida.

Los psicólogos y los neurólogos lo consideran una alteración de la memoria, en el cerebro se activan por error los circuitos neuronales responsables de la sensación del recuerdo. Por eso se "recuerda" algo que realmente no ha pasado.

Otra opinión menos extendida dice que es una alteración de la percepción.

También está considerado como un fallo en la interpretación de los hechos en el tiempo. Una incapacidad de establecer primero una secuencia y luego otra, se debe a un retraso entre lo que estamos viendo y el tiempo que tarda nuestro cerebro en registrar el momento.

Algunos estudios establecen que en la mayoría de los casos se da en personas con una capacidad de atención baja; personas cansadas y con estrés. En situaciones de poca concentración cerebral, el subconsciente capta una experiencia antes que el yo consciente, de manera que para cuando esto último ocurre, la experiencia se encuentra ya en la memoria y el yo consciente la identifica como un recuerdo, pero realmente lleva muy poco tiempo en la memoria.

Otras explicaciones 

Al margen de los estudios científicos, el carácter desconcertante del déjà vu ha dado lugar a una serie de teorías relacionadas con la metafísica, la reencarnación y los poderes ocultos. 

Dentro de este campo la explicación más extendida está relacionada con la reencarnación del alma. En una segunda vida el individuo no es capaz de recordar su vida anterior, pero si puede tener breves recuerdos, como ocurre en el déjà vu.

También se considera como una prueba de tener poderes especiales. Muchas veces la sensación de revivir el pasado desemboca en la creencia de que se puede predecir lo que va a suceder. Ha sido relacionado también con la telepatía y como prueba de poderes ocultos.

     A lo largo de la historia se han formulado una gran variedad de definiciones en torno a la experiencia del déjá vu ( quizás esa acumulación de denominaciones sea debido a la naturaleza subjetiva y a la ambigüedad que acompañan al fenómeno. De todas ellas la más acertada y precisa es la que nos ofrece Robert L. Vaessen, quién sirviéndose de diferentes fuentes consiguió construirla: “Ilusión de que se ha vivido previamente una experiencia que está ocurriendo en el presente. Sensación de estar reexperimentando algún acontecimiento, sonido u olor específico del pasado. Impresión de ver o experimentar algo ocurrido con anterioridad”. Podríamos decir que se produce una situación de “familiaridad sin conocimiento”.
La ilusión del déjá vu viene acompañada de una serie de características informadas por aquellos que la han vivido. Así nos encontramos con que estamos tratando con un fenómeno bastante común entre la población (un tercio dicen haberlo experimentado), el cual lleva emparejado sensaciones de extrañeza, euforia y melancolía. Es repentino y efímero, yéndose de forma tan inesperada como vino y sumiendo a quien lo sufre en un estado de confusión y perplejidad. Mientras la experiencia está teniendo lugar puede ser descrita con total claridad y detalle, sin embargo una vez que desaparece (su duración suele ser bastante breve, apenas unos 10 o 30 segundos) es bastante difícil relatar o contar lo sucedido. Las personas suelen relatar que aparece en ellas la sensación de ser sólo espectadoras de lo que les ocurre independientemente de su voluntad.
En las últimas investigaciones llevadas a cabo en el intento de clarificar el origen del fenómeno se han apuntado una serie de características comunes que podrían derivar en la apertura de nuevas vías de estudio: -Las personas de tendencia progresista lo experimentan con más frecuencia que los conservadores. –Disminuye con la edad. –Suele suceder en ambientes ordinarios, cuando el sujeto se encuentra relajado y en la compañía de amigos. –La fatiga y la tensión también suelen acompañar a la ilusión. –Su ocurrencia aumenta con la educación (suele ser más informado por personas con estudios universitarios o educación avanzada) -Es más común en personas que viajan y recuerdan sus sueños. –Es más frecuente por la tarde y en el fin de semana (esto puede estar ligado a que ocurra cuando el sujeto está relajado o se encuentra cansado).
La ilusión de deja vu no es única, ni aparece ligada a una misma forma, sino que puede experimentarse de diversas maneras. Así nos encontramos con la clasificación que nos ofrece Arturo Funkhouser, quien distingue tres tipos:
  • Vecu del déjá (experimentado o vivido ya). Es esta la experiencia más común del fenómeno e implica la sensación de hacer algo o estar en una situación idéntica ya vivida anteriormente, sabiendo con total certeza lo que sucederá después. Dicha experiencia implica más modalidades sensoriales que la propia vista, como pueden ser el oír, el saborear un alimento o el tacto. Otra característica a destacar es que aunque el episodio en sí mismo dura solamente una fracción de segundo, puede ser recordado después con total precisión (los sujetos suelen recordar detalles minuciosos)
  • Senti del deja (se ha sentido ya). Consiste en la satisfacción producida por la recuperación de un elemento en la memoria aunque éste no fue buscado activamente. Esta forma del dèjá vu no implica ninguna sensación de premonición y los episodios se disipan rápidamente de la memoria. Su origen suele asociarse a las experiencias de pacientes epilépticos los cuales sufren pequeños ataques espontáneos en el lóbulo temporal.
  • Visité del deja (visitado ya). Acontecimiento más raro, durante el cual la persona visita un nuevo lugar y siente que es familiar. Suele asociarse más a dimensiones espaciales mientras que en el vecu del deja se asocia a situaciones y procesos.

Según el autor de esta clasificación las experiencias del deja vu pueden presentarse en una de las tres formas o ser una versión mezclada de todas.


¿Qué causa un episodio de dèjá vu?
Si realizamos un recorrido cronológico sobre su estudio nos topamos en 1878 con la explicación de que su ocurrencia es debida a una desincronización entre los procesos de sensación y percepción, causado principalmente por la fatiga. En 1889, Guillermo H. Burham, ofrece la sugerencia opuesta: cuando el sistema nervioso está descansado no solemos concentrar nuestra atención en todos los objetos que nos rodean (aunque si lo estamos percibiendo y procesando inconscientemente) pero si volvemos a observar la escena poniendo en ella todos nuestros sentidos nos resultará inusualmente familiar.(Fenómeno descrito años más tarde como “Ceguera Inatencional). Posteriormente el interés por el fenómeno fue abordado por los psicoanalistas quienes defienden que la ilusión de deja vu es fruto de la repetición subconsciente de una experiencia previa, pero con una conclusión más positiva o que las situaciones del dèjá vu se sienten como familiares porque nos recuerdan los elementos de sueños olvidados.
Centrándonos en teorías más recientes y de carácter más científico, es obligatorio tomar como punto de referencia a Alan S. Brown quien propone cuatro explicaciones bastante interesantes (para una mayor profundidad, revisar el libro citado en la bibliografía):
1.-Hipótesis del “doble procesamiento”, según la cual la memoria implica sistemas distintos: uno de recuperación y otro de familiaridad . El dèjá vu ocurriría cuando se activa el sistema de familiaridad de la información pero no el de recuperación.
2.-Teorías puramente neurológicas, que se apoyan en el hecho de que los enfermos de epilepsia con frecuencia suelen experimentar deja vu justo antes de sufrir uno de sus ataques (investigaciones recientes demuestran cómo estimulando eléctricamente pequeños centros cerebrales localizados en el lóbulo temporal es posible producir sensaciones de deja vu).
3.- Teorías de la memoria, las cuales defienden que su ocurrencia es accionada por algo que hemos visto o imaginado anteriormente de forma real (en la vida real, pero también en una película, un libro o incluso un sueño).Esta teoría no es muy plausible pues las experiencias de deja vu no tienen que estar asociadas necesariamente a ningún estímulo.
4.-Teoría de la “doble percepción”, la cual sostiene que en nuestro proceso normal de percepción de la realidad a veces se produce un breve lapsus que hace que algo parezca conocido cuando en realidad no lo es. Es esta última teoría la que mayor interés ha suscitado en los experimentadores quienes sirviéndose de tareas de procesamiento inconsciente han podido observar como la breve exposición inicial a una palabra conduce a un proceso perceptivo más rápido de la palabra cuando se presenta por segunda vez, produciendo en el sujeto esa sensación de familiaridad.
Existen dos tentativas muy recientes que implican localizaciones cerebrales más específicas:
a)Actividad espontánea neuronal en el giro parahipocampal. En el cerebro se produce un desequilibrio químico que provoca que los acontecimientos que ocurren en el presente no sean procesados en la amígdala (zona que controla el tratamiento de la información actual. Memoria a corto plazo.) Si no en el giro parahipocampal (zona destinada a la memoria a largo plazo)
b)Retardación en la vía visual secundaria. Solemos procesar la información visual por dos caminos diferentes. Uno va directamente a la corteza visual (lóbulo occipital) y el otro, infinitesimalmente más lento, recorre otras áreas del cerebro, Algunos investigadores creen que el deja vu se produce cuando las señales en esta última vía se mueven más lentas de lo normal, y el cerebro interpreta esta segunda onda de datos como una experiencia nueva.




Un libro explora el 'deja vu' y los confines de la memoria humana.-

"La experiencia del 'deja vu': ensayos en psicología cognitiva, de Alan S. Brown, profesor de psicología en la Southern Methodist University, en Dallas (Texas), explora desde distintos puntos de vista este fenómeno, intentando abordarlo desde el campo de la psicología congnitiva.

(El Tiempo, EFE) San Agustín, Sir Walter Scott, Leon Tolstoi o Charles Dickens escribieron en detalle sobre "ese extraño sentimiento que nos hace recordar caprichosamente una escena que sucedió antes, de la cual la que está ocurriendo en el momento no parece ser más que un eco o un duplicado", en palabras del poeta Nathaniel Hawthorne.

Este fenómeno y los sentimientos de extrañeza, euforia o melancolía que conlleva han provocado el interés de novelistas, poetas y clarividentes de todo tipo y condición.

Sin embargo, salvo un breve periodo a finales del siglo XIX, el "deja vu" ("ya visto" o "ya experimentado", en francés) ha sido ignorado por la mayoría de los científicos, que ya entonces lo consideraron interesante pero insoluble. En este contexto, un nuevo libro aborda de nuevo el estudio de un fenómeno que, según indica, dos terceras partes de los adultos han experimentado al menos una vez. Se trata de La experiencia del 'deja vu': ensayos en psicología cognitiva, de Alan S. Brown, profesor de psicología en la Southern Methodist University, en Dallas (Texas).

Brown indica que, hasta la fecha, los científicos han ignorado el fenómeno o lo han encontrado "demasiado fantasmagórico" para su gusto. "Pero es real, y al llevarlo al laboratorio podemos comenzar a comprenderlo", señala.

Según Brown, las teorías para explicar el "deja vu" pueden agruparse en cuatro grandes familias. En primer lugar está la hipótesis del "doble procesamiento", según la cual la memoria tiene dos "canales" diferentes, uno para recuperar la información y otro de "familiaridad". De acuerdo con esta premisa, el "deja vu" tiene lugar cuando se activa el canal de "familiaridad", pero no el de recuperación de la información.

A la segunda categoría pertenecen las teorías puramente neurológicas, que se apoyan en el hecho de que los enfermos de epilepsia con frecuencia experimentan "deja vu" justo antes de sufrir uno de sus ataques. Los investigadores que siguen esta premisa también han encontrado que pueden provocar experiencias de "deja vu" cuando estimulan ciertas partes del cerebro con pequeñas descargas eléctricas.

En tercer lugar está el postulado que propone que el "deja vu" está provocado por algo que en realidad hemos visto o imaginado antes (en la vida real pero también en una película, un libro o incluso un sueño). Y así, un elemento que quizá pertenece a otro contexto pero que "se cuela" en el presente es suficiente para desatar la sensación.

Por último están las hipótesis de la "doble percepción" que, a grandes rasgos, creen que en nuestro proceso normal de percepción de la realidad a veces se produce una breve interrupción o lapsus que hace que algo aparezca como conocido cuando en realidad no lo es.

Brown, junto con otros investigadores, está llevando a cabo experimentos que respalden esta última hipótesis y despejen algunas de las incógnitas que dejan atónitos a los expertos.

Se sabe, por ejemplo, aunque se desconoce la causa, que las personas de tendencia progresista lo experimentan con más frecuencia que los conservadores; que disminuye con la edad o que suele suceder en entornos ordinarios, no en circunstancias excepcionales, y cuando uno está cansado. Los que tienen títulos universitarios o educación avanzada lo experimentan más a menudo, aunque quizás esto se deba a que se han topado con Marcel Proust o la película Groundhog Day (también conocida como Hechizo del tiempo o El día de la marmota, protagonizada por Bill Murray).

Brown reconoce que tiene una ingente labor por delante y que probablemente se trate de cinco o seis fenómenos motivados por causas diferentes. "Es como la exploración espacial, no estamos seguros de lo que vamos a encontrar", señala el científico. De modo que el "deja vu" continúa siendo, hoy por hoy, lo mismo que un siglo atrás: interesante pero insoluble.

Universos paralelos en física
Teoría de los universos múltiples de Everett.-


 Una de las versiones científicas más curiosas que recurren a los universos paralelos es la interpretación de los universos múltiples de Hugh Everett (IMM). Dicha teoría aparece dentro de la mecánica cuántica como una posible solución al problema de la medida en mecánica cuántica. Everett describió su interpretación más bien como una metateoría. Desde un punto de vista lógico la construcción de Everett evade muchos de los problemas asociados a otras interpretaciones más convencionales de la mecánica cuántica, sin embargo, en el estado actual de conocimiento no hay una base empírica sólida a favor de esta interpretación. El problema de la medida, es uno de los principales “frentes filosóficos” que abre la mecánica cuántica. Si bien la mecánica cuántica ha sido la teoría física más precisa hasta el momento, permitiendo hacer cálculos teóricos relacionados con procesos naturales que dan 20 decimales correctos y ha proporcionado una gran cantidad de aplicaciones prácticas (centrales nucleares, relojes de altísima precisión, ordenadores), existen ciertos puntos difíciles en la interpretación de algunos de sus resultados y fundamentos (el premio Nobel Richard Feynman llegó a bromear diciendo “creo que nadie entiende verdaderamente la mecánica cuántica”).
El problema de la medida se puede describir informalmente del siguiente modo:
1. De acuerdo con la mecánica cuántica un sistema físico, ya sea un conjunto de electrones orbitando en un átomo, queda descrito por una función de onda. Dicha función de onda es un objeto matemático que supuestamente describe la máxima información posible que contiene un estado puro.
2. Si nadie externo al sistema ni dentro de él observara o tratara de ver cómo está el sistema, la mecánica cuántica nos diría que el estado del sistema evoluciona determinísticamente. Es decir, se podría predecir perfectamente hacia dónde irá el sistema.
3. La función de onda nos informa cuáles son los resultados posibles de una medida y sus probabilidades relativas, pero no nos dice qué resultado concreto se obtendrá cuando un observador trate efectivamente de medir el sistema o averiguar algo sobre él. De hecho, la medida sobre un sistema es un valor aleatorio entre los posibles resultados.
Eso plantea un problema serio: si las personas y los científicos u observadores son también objetos físicos como cualquier otro, debería haber alguna forma determinista de predecir cómo tras juntar el sistema en estudio con el aparato de medida, finalmente llegamos a un resultado determinista. Pero el postulado de que una medición destruye la “coherencia” de un estado inobservado e inevitablemente tras la medida se queda en un estado mezcla aleatoria, parece que sólo nos deja tres salidas:
(A) O bien renunciamos a entender el proceso de decoherencia, por lo cual un sistema pasa de tener un estado puro que evoluciona deterministamente a tener un estado mezcla o “incoherente”.
(B) O bien admitimos que existen unos objetos no-físicos llamados “conciencia” que no están sujetos a las leyes de la mecánica cuántica y que nos resuelven el problema.
(C) O tratamos de proponer una teoría que explique el proceso de medición, y no sean así las mediciones quienes determinen la teoría.
Diferentes físicos han tomado diferentes soluciones a este “trilema”:
1. Niels Bohr, que propuso un modelo inicial de átomo que acabó dando lugar a la mecánica cuántica y fue considerado durante mucho tiempo uno de los defensores de la interpretación ortodoxa de Copenhague, se inclinaría por (A).
2. John Von Neumann, el matemático que creó el formalismo matemático de la mecánica cuántica y que aportó grandes ideas a la teoría cuántica, se inclinaba por (B).
3. La interpretación de Hugh Everett es uno de los planteamientos que apuesta de tipo (C).
La propuesta de Everett es que cada medida “desdobla” nuestro universo en una serie de posibilidades (o tal vez existían ya los universos paralelos mutuamente inobservables y en cada uno de ellos se da una realización diferente de los posibles resultados de la medida). La idea y el formalismo de Everett es perfectamente lógico y coherente, aunque algunos puntos sobre cómo interpretar ciertos aspectos, en particular cómo se logra la inobservabilidad o coordinación entre sí de esos universos para que en cada uno suceda algo ligeramente diferente. Pero por lo demás es una explicación lógicamente coherente y posible, que inicialmente no despertó mucho entusiasmo sencillamente porque no está claro que sea una posibilidad falsable.
El Principio de simultaneidad dimensional, establece que dos o más objetos físicos, realidades, percepciones y objetos no-físicos, pueden coexistir en el mismo espacio-tiempo. Este principio sustenta la teoría IMM y la teoría de Multiverso nivel III.


Fuente :
http://axxon.com.ar
http://www.reikiinfinito.com/

Sueños Lúcidos o Conscientes.-


 Los sueños conscientes ocurren cuando el soñante se da cuenta que sueña en medio de su sueño. "Espera un momento, ¡esto es sólo un sueño!" La mayoría de los soñantes se despiertan una vez que se dan cuenta que sólo están soñando. Otros soñantes han desarrollado la habilidad de permanecer en el estado consciente de soñar. Pueden incluso llegar a ser participantes activos en su sueño, tomar decisiones en sus sueños e influir en el resultado de su sueño sin despertar.

Las leyes de la física y las de la sociedad se derogan en los sueños. Los límites sólo son los de tu imaginación. Se desperdicia mucho el potencial de sueños porque las personas no reconocen que sueñan.

Cuando no estamos lúcidos en un sueño, pensamos y nos comportamos como si estuviéramos despiertos en realidad. Esto puede llevar a frustración vana, confusión y desperdicio de energía, y en mucho peor caso, pesadillas espantosas. Nuestro esfuerzo por dar un resultado así ansiedad sueña con fechas tope, exámenes que se olvidan, perdidas de cualquier manera, y así sucesivamente. Los sueños de Ansiedad y las pesadillas se pueden superar gracias al sueño lucido, porque si sabes que sueñas, no tienes nada temer. Las imágenes del sueño no pueden herirte. Los sueños lúcidos, además te ayudan a llevar tus sueños en direcciones que te satisfagan, disfrutar aventuras fantásticas, y superar pesadillas, pueden ser herramientas valiosas para tener éxito en tu vida despierta. Los soñadores lúcidos pueden emplear deliberadamente el potencial natural de la creatividad para resolver problemas e inspiración artística. Atletas, ejecutantes, o alguien que da presentaciones puede preparar, practicar y pulir sus ejecuciones mientras duermen. Esto es sólo una de las muchas maneras en la que el sueño lucido puede ser empleado para mejorar sus vidas.

Hay varios métodos de inducir los Sueños lúcidos. El primer paso, indiferente del método, está en desarrollar tus cualidades para recordar tus sueños hasta que puedas recordar por lo menos un sueño por noche. Entonces, si tienes un sueño lúcido lo recordarás. Te volverás también muy familiar con tus sueños, haciendo más fácil aprender a reconocerlos mientras pasan. Si recuerdas tus sueños, puedes empezar inmediatamente con dos técnicas simples para estimular a los Sueños lúcidos. Los Soñadores lúcidos hacen un hábito de "comprobación de la realidad." Esto significa investigar el ambiente y decidir si sueñas o estas despierto. Preguntarte muchas veces por día, "¿Estaré soñando?". Entonces, prueba la estabilidad de tu realidad presente leyendo algunas palabras, mirando lejos y mirando a tras mientras tratas de cambiarlos. La inestabilidad de los sueños es la pista más fácil para distinguir la realidad y el sueño. Si las palabras cambian, sueñas. Tomando siestas es una manera con la que puedes aumentar gradualmente tus oportunidades de tener sueños lúcidos. Tienes que dormir bastante en la siesta para entrar en REM. Si tomas la siesta en la mañana (después de haberte despertado más temprano de lo usual), estás probablemente entrando en fase REM en una media hora a una hora después de que te duermes.

Si tú siesta es de 90 minutos a 2 horas tendrás suficientes sueños y una probabilidad más alta de tener un adecuado sueño lúcido que en los sueños que tienes durante el sueño de un noche normal. Enfoca tu intención de reconocer que tú sueñas cuando te duermes durante la siesta.

Inicialmente, los principiantes tienen dificultad para descansar en el sueño después de que logran lucidez. Este obstáculo hace que muchas personas desprecien el valor del sueño lúcido, porque no han experimentado más que el destello del conocimiento de que se encuentran soñando, seguido del despertar inmediato. Dos técnicas simples pueden ayudarte a superar este problema. Lo primero es crear calma en el sueño. El propio sueño lúcido excita, pero expresar la excitación puede despertarte. Suprime tus sentimientos un poco y vuelve tu atención al sueño. Si el sueño muestra señales de fin, tal como la desaparición, pérdida de claridad o profundidad de la imaginación, "dar vueltas" puede ayudar a hacer retroceder al sueño. En cuanto el sueño comienza a "desvanecerse," antes de sentir realmente tu cuerpo en la cama, gira a tu cuerpo del sueño como encima. Esto es, dando vueltas como cuando un niño trata de crearse un mareo (probablemente no te marearas durante el sueño porque tu cuerpo físico no da vueltas). Recuerda, "La próxima escena será un sueño." Cuando tú pares de dar vueltas, si no es obvio que estás soñando, haz una prueba de realidad. Aun cuando piensas que estás despierto, te puedes sorprender del hallazgo ¡que todavía sueñas!